El otro día tuve mi primera revisión ginecólogica  como mujer normal después de parir. Antes esta palabra me parecía muy  fuerte y ahora pienso que no alcanza para lo que de verdad es.
El caso  es que ya no estoy embarazada ni en cuarentena ni post cuarentena.
Ahora se supone que ya vuelvo a ser una mujer "normal".
Estaba en la sala de espera y una señora me dice: "ay, qué estás  esperando?"
o sea, que normal se supone que ya soy, pero está claro  que no lo parezco.
Aunque en verdad sí que estaba esperando, esperando a la doctora (ya lo sé, el giro era muy fácil, pero es verdad)
"no, ya lo tuve hace más de 5 meses" (digo  metiendo la barriga para dentro)
La mujer: "pues pareces muy joven  ¿cuántos años tienes?"
"34" (digo poniendo cara de joven)
Después,  en la consulta, la doctora a la que aun odio y trato de comprender a la  vez, me dice que como ya tengo casi 35 años, y no soy "tan" joven, me  tengo que hacer una MAMOGRAFIA.
Lo de poner cara de joven no me debía  estar saliendo muy bien en esos momentos.
Y que me la puedo hacer  ahora mismo.
Me hacen esperar muy poquito y un hombre (esto es  como lo que decía el otro día de que hay cosas que habrían de ir juntas,  "domingo y sol", pues mamografía y radiólogA) me hace pasar y me hacen  las placas.
Pensaba que dolería, pero no duele nada y el doctor era  muy buena persona. Creo.
Después le pedí a una enfermera si me  podía pesar.
Resulta que ya he perdido los 15 kg que engordé y me puse muy contenta. Hasta la  enfermera me felicitó. Así que preferí no decirle nada del quiste de  cortisona que me ha dejado en la nalga derecha por no haberme puesto  bien la inyección para la maduración pulmonar del bebé antes de que  naciera.
Todo eso queda tan lejos ahora y parece que dé tan igual, que este post tiene que acabar con unos puntos suspensivos...
Aunque como dice j: no suspendan nada.
martes, 11 de mayo de 2010
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