miércoles, 24 de febrero de 2010

Suspirando profundamente

Hoy he vuelto a yoga.
Estas palabras tienen un significado muy profundo para mí. Empezar a practicar yoga ha sido una de las mejores cosas que he hecho en mi vida, soy una iluminada y cómo tal, me iluminé, y tener que dejarlo por el embarazo ha tenido unas consecuencias terribles. Pero bueno, eso ya pasó y hay que mirar hacia delante. Qué obsesión tiene la gente con esta frase, de verdad. Hay veces que has de mirar para atrás un buen rato para poder volver a mirar para delante. Además, no es para delante que hay que mirar. Hay que mirar hacia el sitio en el que estás en este momento.
Bueno, cada uno que mire hacia donde quiera, la verdad.
Hoy en la clase me ha guiado a mí sola una profesora que se llama Annamanu, mientras los otros hacían su práctica solos porque ellos ya saben la serie de memoria, es una serie de apertura de cadera que consideran que el alumno debe dominar antes de pasar siquiera a hacer el saludo al sol. Hemos practicado unas respiraciones fuertísimas y si te salían mocos disparados era que lo estabas haciendo muy bien. Bueno, más o menos.
A mí me han salido normal de mocos. A Annamanu muchísimos, pero estaba resfriada. Y ya verás como yo lo haya vuelto a enganchar...
En fin.
Había una que se llamaba "avivar el fuego". Una respiración.
Luego hemos hecho una serie específica de apertura de cadera y me ha pasado una cosa muy fuerte. Estaba en la postura y me he puesto a llorar sin parar. He notado tanta presión liberándose que me he puesto a llorar. Como estaba boca arriba, las lágrimas se me han metido dentro de las orejas. Annamanu se ha acercado a mí y me ha dicho que llorara a gusto, que siguiera respirando, que soltara. Me ha ayudado a llorar y me ha dicho que todo lo que estaba sacando, la tierra lo estaba absorbiendo. También me ha dicho que si me quería ir sola a llorar por los rincones. Bueno, lo de los rincones no me lo ha dicho, pero lo de llorar en soledad sí...
Pero no me he ido. Porque enseguida me han dado ganas de sonreír, y de seguir la prácitca.
Cuando hemos terminado, he sentido mi corazón lleno de gratitud hacia Annamanu y la quería abrazar a pesar del resfriado tan fuertísimo que tenía.
También hacia Upendra, que es el auténtico maestro. Upendra se va acercando a cada alumno y con 2 indicaciones todos notan que de pronto la postura está mucho mejor.
Upendra nació en Nueva Delhi y a los 8 años sus padres lo metieron interno en una escuela védica tradicional para que viviera practicando Hatha yoga y le ayudara a combatir su asma.

Y por hoy, ya está, y por qué? pues cómo diría mi querido P: pos nomaaaás.




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